Ted Hakey, un ex marine, acabó pidiendo disculpas a la comunidad de musulmanes y se unió a la oración con ellos poniendo su frente en el suelo (shasda) en la mezquita de Connecticut el sábado pasado. Un gesto enorme que nadie se quiso perder.
Sin duda un final emotivo, pero ¿qué ocurrió entre Ted Hakey y esta comunidad de musulmanes?
Todo comenzó hace varios meses, en la noche de los ataques terroristas en París. Hakey, de 48 años, fue a un bar local y se bebió 10 bebidas alcohólicas. Por la mañana temprano, se fue a su casa, bebió un poco más y cargó su pistola de 9 mm y un rifle M14. Entró en su jardín y disparó hacia el edificio de la mezquita de al lado.
Las autoridades encontraron que su página de Facebook estaba cargada de expresiones de odio contra los musulmanes. Se encontraron mensajes del tipo: «¿Ha comenzado ya la temporada (de caza) de los musulmanes? Me encuentro en un entorno muy bueno». La casa de Hakey se encontraba cerca a la mezquita.
Pero en vez de odiarlo, el Dr. Mohammed Qureshi, quiso ser un mejor vecino e hizo el esfuerzo de conocer a Hakey y su esposa. Tal vez fue entonces cuando Hakey comprobó la actitud pacífica de sus vecinos musulmanes y razonó.
Cinco meses después de los disparos de Hakey a la mezquita, el Dr. Qureshi lo invitó a un evento en la mezquita, titulado «El verdadero Islam y los extremistas.»
Cuando llegaron los Hakeys, los miembros de la congregación a la que se invitaron también a otros miembros de otras religiones, todos les dieron la bienvenida sin prejuicios. Hakey, con lágrimas en los ojos pidió perdón por el dolor que les había causado.
«Como vecino, yo tenía miedo, pero el miedo es algo que aparece cuando uno desconoce algo… En el futuro quiero ayudar a otras personas a no cometer el mismo error que yo.» Declaraba Hakey.
Hakey, en una entrevista, dijo que estaba «tan abrumado» por la forma en que fue tratado amablemente después de lo que había hecho. Dijo que ahora está recibiendo mensajes de musulmanes en todo el mundo dándole las gracias por presentarse a disculparse.
Dijo. «Me di cuenta de que eran gente muy buena».
Su esposa, Myra, que fue con él, dijo que ella también quedó muy sorprendida por el afecto con que fueron recibidos. Ella admitió que no compartía los mismos sentimientos extremos como su marido contra los musulmanes, pero también tenía desconocimiento y sentía miedo.
«Había mujeres llorando y me dieron las gracias… Hay tanto odio, estas personas sólo quieren la paz.»
En febrero, Hakey se declaró culpable de los delitos de odio que cometió. Será sentenciado en mayo y se enfrenta a un máximo de 14 meses de cárcel. Qureshi dijo que su comunidad va a hacer por su parte todo los posible por conseguir una sentencia menor.
Fuente: washingtonpost.com