La ley de la prohibición del Hijab es una exclusión de la mujer musulmana.

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La ley de la prohibición del Hijab es una exclusión de la mujer musulmana

Iman Amrani publicaba el 15 de marzo la siguiente noticia sobre la reciente decisión de la Corte Europea en contra de las mujeres musulmanas. 

La identidad religiosa no es algo de lo que te puedas deshacer en público. La Corte de Justicia europea ha convertido el hijab en un símbolo de resistencia.

Para quienes lo llevan, el hijab es una parte intrínseca de sus vidas, unida a la práctica de su fe. No es motivo de debate.
La decisión en esta semana de la Corte de Justicia europea por la que el hijab puede ser prohibido en el puesto de trabajo es otro signo de la obsesión que hay en Europa con la vestimenta de la mujer musulmana.

La resolución dice que el hijab puede ser prohibido sólo como una política de eliminar los signos religiosos y políticos, (de forma que no enfoca directamente a las mujeres musulmanas. De hecho, la Conferencia europea de Rabinos se sintió  ofendida, dijo que la resolución envió el claro mensaje de que las comunidades religiosas ya no eran bienvenidas en Europa), y que varias comunidades religiosas entre las que se incluyen los shikhs, se verán afectadas.

Sin embargo, no cabe duda de que los musulmanes son el grupo mayoritario en la línea de fuego. Es por eso que a los grupos de extrema derecha del continente les ha gustado tanto. «Por supuesto las empresas tienen que tener permiso para prohibir el hijab», dijo Georg Pazderski, del grupo radical alemán Alternative für Deutschland. «Incluso el ECJ vota a Marine Le Pen» dijo el miembro del Parlamento francés Gilbert Collard (que está a favor del Frente Nacional) en un tuit.

Por supuesto no se tiene que ser de extrema derecha para dar la bienvenida a una prohibición de «signos políticos, filosóficos o religiosos visibles». Muchos liberales también piensan que la religión no tiene cabida en una sociedad laica occidental. No hay discriminación, dicen, bajo la misma resolución los cristianos no serían capaces de llevar la cruz.

Sin embargo, el hijab no es considerado un símbolo religioso en sí. No es como una pieza de joyería que simboliza el orgullo en tu fe, y que puede ser fácilmente ocultada para que la gente no se sienta incomoda. Para quienes lo llevan, el hijab es una parte intrínseca de sus vidas, unida a la práctica de su fe. No es motivo de debate.

Con la prohibición del hijab, Europa está permitiendo la prohibición de mujeres musulmanas en los puestos de trabajo.

¿Piensas que estoy exagerando? Considera por un momento los efectos reales de la prohibición del hijab en los puestos de trabajo. ¿Verdaderamente piensas que las mujeres que llevan el hijab por convicciones religiosas se lo van a quitar cada día al empezar a trabajar? Lo siento pero no es así.

Mi hijab no es ningún símbolo de opresión.

La identidad no es algo de lo que una se despoja en lugares públicos. No dejo de ser musulmana para convertirme en periodista cuando vengo a trabajar. Practico mi fe en la cantina cuando elijo algo que no sea cerdo o algún refresco en vez de alcohol. Si mis compañeros se dan cuenta de esto y les hace sentir incómodos, ¿debo ser forzada a cambiar mi actitud?

El hijab debería estar protegido bajo el parámetro de libertad porque para muchas mujeres representa una parte integral de quienes son. Si las mujeres musulmanas son forzadas a elegir entre su fe o trabajar en un ambiente hostil hacia ellas, simplemente evitarán estos lugares de trabajo.

Puede que no veas un problema en ello. Puede que pienses que el problema son los musulmanes.

Básicamente en vez de incrementar la integración (de la que tanto hablan los que desean esta prohibición), están dividiendo más la sociedad, con más mujeres musulmanas quedándose donde se sientan seguras e integrándose menos. Habrá un incremento de guetos y resentimiento.

Los franceses manipularon ceremonias donde mujeres argelinas se despojaban de sus velos para mostrar que han elegido el lado del colonizador.

No me malinterpretes, quiero vivir en una sociedad laica. Creo que la ley y la justicia de este país deberían ser apartados de la influencia religiosa. Pero también que las personas deberían tener libertad de practicar su fe mientras no molesten a los demás. Eso no significa sucumbir a la intolerancia de los que se ven ofendidos por la vista de un hijab.

Durante años, los valores occidentales se han usado para intentar controlar y manipular a las mujeres que la gente pretende liberar. Durante la Guerra de Independencia en Argelia en 1958 un póster publicitario francés mostraba dos caras – una con velo y otra sin – con el eslogan: «¿Eres guapa? Entonces, ¡quítate el velo!» Al mismo tiempo, los franceses falsificaron ceremonias de «quitar el velo» donde mujeres argelinas se despojaban de sus velos para mostrar que han elegido el lado del colonizador.

Tengo amigas que recientemente han decidido llevar el hijab porque sienten que su identidad musulmana se ha visto atacada, y han decidido apoyar su fe.

La extrema derecha, y ahora las cortes europeas, puede que hayan tenido éxito en convertir el hijab en algo más poderoso que un símbolo religioso, convirtiéndolo en un símbolo de resistencia.

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