Hace 30 años en Pakistan, Mohamed Ayud se trasladó a Islamabad donde trabajó como bombero y desde entonces ha dedicado su tiempo libre a dar clases a los necesitados bajo la sombra de los árboles de este parque, apodado como «La escuela parque».
Un día se encontró con un niño que lavaba coches y le preguntó que por qué no estaba en el colegio, a lo que el respondió: «mis padres son pobres, por eso trabajo.» Entonces le trajo un cuaderno, le dio un lápiz y una goma de borrar, y comenzó a enseñar allí mismo y luego, sentado en el suelo. El «maestro Ayub», que es así como le conocen sus alumnos, había encontrado su vocación.
«Mi familia seguía en el pueblo y yo estaba aquí en la ciudad solo, por lo que quería hacer algo en mi tiempo libre que fuera de alguna utilidad.»
Al día siguiente, el muchacho trajo a su amigo. Después aparecieron un par más. A la semana había cincuenta niños que venían a aprender a leer y escribir después de haber terminado su trabajo cada día.
Ahora, con la ayuda de antiguos alumnos y amigos, la escuela parque del Maestro Ayub tiene capacidad para alrededor de 200 alumnos, niños de familias de musulmanes y cristianos todos ellos con problemas económicos. Miles de personas han pasado por esta escuela en las últimas tres décadas, realizando exámenes acreditados por el gobierno para que puedan acceder a la educación superior o para garantizar un trabajo decente.
Debido a su trabajo como bombero y a su carácter solidario, Mohamed Ayub tiene grandes historias que contar, cuando el hotel Marriott de Islamabad fue incendiado por una explosión en 2008, se lanzó para ayudar a los sobrevivientes a escapar.
«Algunas personas se quedaron atrapadas en el interior. Cuando entré en el incendio para sacarlos hacia fuera, recibí quemaduras en el cuerpo y las manos, pero dije en el nombre de Al- lah, seguí adelante y logré sacarlos».
Fuente: Al-Jazeera